Capitulo II.1

LOS SOFISTAS

May 05, 2025
Image for Capitulo II.1

La Sofística surge a mediados del siglo V ane. Con anterioridad a este movimiento, el término sofista se aplicaba a los poetas, filósofos, y otros hombres destacados por su intelecto. Pero para finales del antes mencionado siglo, una nueva clase de hombres fue designada con el mismo: los educadores profesionales. Bajo ese nombre los conoció Platón, y la posteridad. De acuerdo con este autor, Protágoras (según el diálogo platónico, el primer griego que impartió enseñanza profesionalmente) fue el primero en designarse a sí mismo sofista.

"El hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en cuanto que son, de las que no son en cuanto que no son."
Protágoras de Abdera (485 - 411 AC)

Capitulo II.2

EL PROBLEMA SOCRÁTICO

May 05, 2025
Image for Capitulo II.2

El “problema socrático” (como ha dado en llamarse por muchos historiadores de la filosofía) es uno de los enigmas contra el cual más lanzas han roto los especialistas. Una de las raíces del enigma consiste, puesto de manera sencilla, en que Sócrates no dejó nada escrito. Para conocer sus ideas, debemos indagar en la obra de sus discípulos y otras fuentes, las cuales se contradicen entre sí. A menudo se ha destacado la tendenciosidad de los escritores griegos (sus inexplicables silencios sobre algunos acontecimientos, y sus juicios imparciales sobre otros). Los alumnos de Sócrates no son excepción; máxime cuando el objeto de sus escritos tocaba tan directamente sus vidas y emociones.

"Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor, si perdonas, perdonarás con amor."
Agustín de Hipona, San Agustín (354 - 430 DC)

Capitulo II.3

RELACIÓN CON LOS COSMOLÓGICOS

May 05, 2025
Image for Capitulo II.3

En mi opinión, es imposible que un hombre ignorante tuviera tanta influencia, como la tuvo Sócrates, precisamente en la esfera de la cultura que más exigía del que la cultivaba. Con toda seguridad conocía la obra de los cosmológicos. Se dice que Anaxágoras fue el primero que filosofó en Atenas. Quizá Sócrates lo conoció personalmente; al menos tenían un amigo común: Perícles. Lo que sí se considera seguro es que había leído su obra, que se podía adquirir con facilidad y a precio módico. Según Diógenes Laercio fue incluso discípulo suyo, así como de Arquelao. Sea como fuera (pues en este punto las noticias son contradictorias) resulta lógico que conociera la obra de los cosmológicos, y la discutiera con sus amigos. “Dice que habiéndole dado a leer Eurípides un escrito de Heráclito, como le preguntase qué le parecía, respondió: “Lo que he entendido es muy bueno, y juzgo lo será también lo que no he entendido; pero necesita un nadador Delio.”[156] Estas charlas probablemente tenían un cariz crítico, como la anterior que usa de la ironía. Se sabe que criticaba a Anaxágoras, el poco uso que hacía de su principio “inteligencia” en la explicación de la naturaleza. Es probable que Sócrates esperara una explicación teleológica del mundo físico. Una teoría que explicase su formación y funcionamiento como destinado hacia el bien, en vez de una explicación simplemente mecánica. El genio de Sócrates queda al descubierto con esta sencilla frase. Es evidente que entendió hasta los huesos la teoría de Anaxágoras y que además supo interpretarla de manera original. En esa crítica, precisa y certera como pocas, se intuye un replanteamiento novedoso del problema.

"Estar contentos con lo que poseemos es la más segura y mejor de las riquezas."
Marco Tulio Cicerón (106 - 43 AC)

Capitulo II.4

VS. LOS SOFISTAS

May 05, 2025
Image for Capitulo II.4

Los Sofistas y Sócrates son, como quien dice, dos caras de una misma moneda. Ambos son expresión del vuelco que la cultura ática da hacia el hombre. De hecho, sobre Sócrates pesó la imagen de los sofistas. En la Apología de Platón, debe defenderse de esa acusación implícita. Él sabe que esa es la visión que sobre él tiene la mayoría de los hombres. Esos que llama calumniadores, pues, al no entender sus diálogos, o ser refutados por él, afirmaban que su enseñanza consistía en ““las cosas del cielo y lo que está bajo la tierra”, “no creer en los dioses” y “hacer más fuerte el argumento más débil””[162]. La confusión entre las ideas de Sócrates y las de los sofistas parece extraña, pero en el siglo V ane, la diferenciación no era obvia. Sobre todo en los diálogos de juventud de Platón, se puede ver a Sócrates enfrascado en ejercicios dialécticos que pueden ser tomados como sofísticos.

"A las personas no les molestan las cosas, sino las opiniones que les dan a esas cosas."
Epicteto (55 - 135 DC)

Capitulo II.5

LA FILOSOFÍA COMO FORMA DE VIDA

May 05, 2025
Image for Capitulo II.5

Era opinión corriente de sus discípulos, que la filosofía de su maestro no podía separarse de su persona. Este sabio atrajo sobre sí la atención de los jóvenes e intelectuales más distinguidos de Atenas, y se aseguró en muchos casos afecto y apoyo apasionados. Su efectividad como filósofo y gran parte de la leyenda socrática, se deben tanto a su interesante y fuerte personalidad, como a la brillantez de su mente. Sócrates, más que ningún otro hombre, merece que se le comprenda en su vida cotidiana, en su actuar común. Pues este hombre filosofaba con sus amigos a todas horas, y su método, así como los temas, estaban estrechamente unidos a la vida que lo rodeaba. “El motivo del diálogo socrático es la voluntad de llegar con otros hombres a una inteligencia que todos deben acatar acerca del tema que encierra para todos un interés infinito: el de los valores supremos de la vida.”[165] Esto es correcto, pero de seguro también discutían las novedades políticas y sociales, precisamente donde aquellos valores cobraban un sentido directo. Sócrates se encontraba tan preocupado por el hombre en abstracto, como por el que frente a sí se encontraba. Sólo así podría explicarse su inclinación por la medicina, y todo lo que esto implica en el trato con sus amigos. Si esto se pierde de vista es muy difícil entenderlo en su realidad viva, pues queda entonces reducido a un espectro, a un ideal inalcanzable, o una abstracción hipostasiada.

"El destino guía a los dispuestos y arrastra a los renuentes."
Cleantes de Aso (330 a 300 - 232 AC)